El Visagismo
Dice
el dicho que “la primera impresión es la que cuenta”. ¿Pero cuánto de esa primera
impresión depende de la lectura que han hecho de nuestro look?. El rostro es lo
primero que vemos de una persona, es carta de presentación, y también habla de
nosotros. Pero son pocos los profesionales de la belleza que se tomaron el
tiempo de aprender técnicas para interpretarlo y corregir determinadas
facciones con la ayuda del maquillaje, el corte y el peinado.
El
creador:
El visagismo fue creado por el estilista francés Claude Juillard, un método de
comunicación y análisis estético para realzar la belleza de cada persona. Este
incluye un conjunto de técnicas mediante las cuales se realiza un estudio
detallado de las formas, volúmenes y líneas faciales del rostro, para luego
adaptar las posibilidades del make-up y del estilismo a la cara y tonalidad de
la piel.
Juillard
enseña en distintas partes del mundo su teoría y práctica del visagismo. Luego
de estudiar Bellas Artes, el francés se convirtió en estilista para poner al
servicio de las mujeres su talento artístico. Muy rápidamente se dio cuenta de
que la formación de peluquería que tuvo tenía dos fallas: no se explicaban suficientemente
los efectos de un corte o de un color en el rostro y la manera de tratar a las
clientas impedía que ellas expresasen sus verdaderos deseos. Esto explicaba,
según él, por qué gran cantidad de clientas salían de la peluquería
descontentas porque el estilista no las había entendido, y el peinado no les
agradaba. Juillard además inventó el espejo tridimensional, que es la
herramienta por excelencia del visagista para que pueda comunicarle a su
clienta los cambios que va realizando, y ella se pueda ver como el profesional
la ve. Con perspectivas de volumen, y no en una imagen plana que le refleja el
espejo normal clásico.
Revelar
la belleza:
El
visagismo se propone estudiar la forma del rostro para darle valor a la belleza
de una persona con la ayuda de técnicas del estilismo, el maquillaje y
accesorios. Este método es cada vez más utilizado en los salones de peluquería
y de estética. El profesional visagista estudió técnicas, pero necesita sacar
el artista que lleva en sí para personalizar un maquillaje o un corte, con
mucha imaginación y creatividad, acorde al pedido del cliente.
El
visagismo es una materia que requiere habilidad, porque debe conjugar tres
elementos en la elección de un determinado estilo: la demanda del cliente, la
forma de su rostro y la tendencia. Además, el visagista debe ser capaz de
personalizar su servicio para hacer resurgir la belleza y la personalidad de su
cliente.
En
algunos casos, estas técnicas le sirven a una persona que tiene poca confianza
en sí misma. Y la confianza, la autoestima, son vitales en todo proyecto que
emprendemos en la vida. Luego de una decepción amorosa, un duelo, o un largo
período de convalecencia, una persona puede sentirse incapaz de seducir a
alguien de nuevo, incapaz de dar una buena impresión, y es allí cuando el
visagismo toma su lugar. El especialista sabrá hacer resurgir esa belleza escondida
en esa persona. Y el cliente se sorprenderá de ver a partir del cambio de
estilo, una belleza desconocida hasta el momento.
Diversidad
de estilos:
Existen
algunas características físicas que se asocian a características psicológicas o
de personalidad, por ejemplo las cejas levantadas, que denotan astucia,
desafío, seducción o incluso crueldad, como en el caso de los villanos de los
comics, que son creados de esa forma. Los superhéroes también tienen un
arquetipo bastante definido, que es en general el rostro cuadrado, y el cuello
más grueso que el normal. Esas características llevan implícita la idea de
fuerza, masculinidad, virilidad, estabilidad. Pero no sólo el rostro habla de
nosotros. La forma que llevamos el cabello también nos presenta ante los demás.
El cabello suelto en un estilo casual, decontracté, juega con la sauvage, con
la idea de una persona libre y seductora. Los mechones sueltos en el rostro brindan
una imagen de romanticismo. El cabello corto en las mujeres ejerce una fuerte
imagen de independencia.
Los
ideales de belleza femenina y masculina han cambiado mucho con los años. Antes
se asociaba a la mujer más bella con un rostro ovalado, pero actualmente muchas de
las modelos que hoy triunfan en el mundo de la moda tiene un rostro cuadrado.
Los hombres considerados más atractivos ahora tienen facciones menos duras que
antaño, por el contrario, son más valorados los rasgos más suaves y menos
masculinos. Estos cambios expresan los cambios de comportamiento de hombres y
mujeres y de la sociedad en general.
Los
cambios:
En
el caso de los actores y actrices podemos observar claramente cómo el look,
teniendo en cuenta el aspecto del rostro, maquillaje, corte, color, peinado, y
vestuario, puede hacer de una misma persona una infinita cantidad de personas
diferentes. Que generan diferentes estilos e impresiones. Las mujeres,
especialmente, saben que cuando quieren un cambio en sus vidas, empiezan por
los cambios de aspecto, se cortan el pelo, compran ropa nueva, se maquillan o
visten diferente. Pero el inconveniente surge cuando el estilista o el
maquillador no logra interpretar la nueva imagen buscada por la clienta. Y no
depende de que su rostro o cabello no permita realizar ciertos cambios, sino
que el profesional de la belleza debe abrir su abanico de posibilidades de
creación en pos de lograr ese nuevo aspecto pretendido. Porque una mujer puede
desear ser seductora y no tiene que tener necesariamente el cabello largo para
eso. Hay muchas aristas con las que puede jugar el profesional para alcanzar la
imagen deseada.
El
estilista y maquillador deben aprender a “leer” el rostro de sus clientes, y
también deberían aprender a escuchar sus necesidades de cambio y deseos. El
visagismo no sólo permite corregir facciones o realizar cambios en el cabello
para causar una mejor impresión, ya sea en una cita o una entrevista laboral.
Involucra una cuestión más profundo, que le permite al cliente lograr ser quien
realmente cree que es o quiere ser, y al profesional lo beneficia en la
relación con el cliente, ya que aprende el abordaje correcto según cada
persona, y cómo atenderlo según sus preferencias.
Los
tipos de rostros:
Los
tipos de rostros se clasifican según su forma geométrica. Por sus dimensiones
pueden ser:
Ovalados: Que corresponden a las dimensiones del canon, y son
rostros equilibrados.
Anchos: Donde el eje horizontal es casi de la misma
dimensión que el vertical. Allí se pueden distinguir dos tipos, redondos y
cuadrados.
Estrechos: Donde el eje vertical predomina sobre el horizontal,
dando lugar a rostros largos y estrechos. Dentro de esa categoría se pueden
distinguir dos tipos, alargados y rectangulares.
Combinados: Que poseen zonas
anchas y estrechas combinadas en el mismo plano horizontal. A este grupo
corresponden los rostros triangular, triangular invertido y hexagonal.
Así,
por ejemplo, un rostro redondo tiene una forma corta y ancha, por lo que debe
maquillarse de manera que se produzca un efecto visual de alargamiento: se
maquillan los pómulos muy altos, cerca del ojo, y se difuminan muy ascendentes,
hacia la sien y la ceja. Por otro lado, un rostro alargado en el que predomina
el eje vertical sobre el horizontal necesita que se le aplique el colorete por
encima del hueso del pómulo, recto y paralelo a la ceja.
Para
cada una de las variantes existen determinadas recomendaciones en el área del
maquillaje y del estilismo. Los profesionales que desean brindar un servicio
más completo y de excelencia a sus clientes, y que todavía no han realizado
estudios de visagismo, deberían empezar a investigar un poco este campo, y
verán que se les abre un mundo infinito de posibilidades.